La energía fotovoltaica es uno de los sistemas de generación de energía verde más recomendados en la actualidad, y que puede aplicarse a multitud de sectores de actividad, incluso en la industria con alta demanda energética.
En el caso de las granjas, es un sistema cada vez más empleados. Y es que uno de los costes más elevados a los que debe hacer frente una granja o una explotación agrícola, es el derivado del consumo energético.
Las granjas son espacios que tienen unas necesidades energéticas especiales, ya que deben contar con unas condiciones muy concretas de iluminación y calidad del aire para garantizar el buen acondicionamiento de los animales. Y esto implica un elevado gasto en términos de energía. Por esta razón, realizar una instalación de energía fotovoltaica en una granja es una excelente alternativa para mejorar la eficiencia y reducir los costes energéticos. Además, se contribuye también a reducir el impacto medio ambiental, por lo que se convierte en una opción muy sostenible.
En consecuencia, la instalación solar fotovoltaica en una granja es una de las inversiones más rentables que se pueden realizar. Los paneles solares de la instalación son los encargados de generar esa energía que luego se aprovechará en el autoconsumo de toda la granja, manteniendo en funcionamiento todos los sistemas automatizados.
Funcionamiento de la instalación fotovoltaica
Los paneles solares fotovoltaicos funcionan generando electricidad de forma exclusiva para que se pueda emplear de forma habitual sin necesidad de conectarse a otra fuente. Se pueden instalar tanto en granjas aisladas de la red como en todas aquellas que se encuentren conectadas a la red y que deseen también reducir su consumo.
Este proceso se puede definir en 5 pasos:
- Los módulos fotovoltaicos transforman la radiación solar en energía eléctrica, gracias al fenómeno fotovoltaico.
- Esa energía obtenida de los paneles fotovoltaicos pasa al regulador de carga (si lo tiene) y de ahí pasa a las baterías (si las tiene).
- En el caso de que no exista ni regulador ni baterías, pasa al inversor donde se convierte en tensión continua.
- De ahí pasa al cuadro de protecciones, para después poder ser utilizado en cualquier proceso que requiera energía eléctrica.
- En el caso de que tengamos baterías solares, la energía alterna se almacena hasta que es demandada, pasando al punto 3 y 4.
Tipos de instalación fotovoltaica
Podemos encontrar 2 tipos de instalaciones fotovoltaicas:
Las aisladas de la red eléctrica. En estos casos, la instalación fotovoltaica no se conecta a ninguna red, y es la solución perfecta para generar energía en aquellos lugares donde la red eléctrica general no llegue hasta ese punto o sea inaccesible.
Las instalaciones conectadas a la red eléctrica. En estos casos, es posible generar energía y también consumir la de la red eléctrica. Es un sistema híbrido que puede resultar interesante en determinados casos.
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